Flamengo volvió a escribir su nombre en la historia grande del fútbol sudamericano al conquistar la Copa Libertadores, luego de superar 1-0 a Palmeiras en una final vibrante y cargada de tensión. El conjunto rojinegro impuso su jerarquía en un duelo cerrado, donde cada detalle marcó diferencia y donde los brasileños demostraron carácter para levantar nuevamente el trofeo continental.
El único gol del compromiso llegó en el segundo tiempo, cuando Flamengo encontró un espacio en la defensa paulista y lo transformó en la jugada que decidió el título. La anotación rompió la resistencia de Palmeiras, que hasta ese momento había sostenido un partido tácticamente ordenado y con líneas compactas, apostando a los contragolpes.
En medio del triunfo, uno de los jugadores destacados fue el colombiano Jorge Carrascal, quien cumplió un rol determinante en la generación de juego. Con su desequilibrio, visión y precisión entre líneas, ayudó a que Flamengo controlara los momentos claves del encuentro. Carrascal jugó todo el partido, aportando movilidad, cambio de ritmo y creatividad antes de ser reemplazado entre aplausos.
Tras el gol, Flamengo manejó los tiempos y cerró el partido con personalidad, neutralizando los intentos finales de Palmeiras, que buscó el empate sin claridad. El pitazo final desató la celebración masiva de los hinchas rojinegros, que volvieron a ver a su equipo levantar el trofeo más prestigioso del continente.

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